El fútbol es indivisible, no es la suma de las partes.

El fútbol no es la suma de diferentes partes, aunque hay quien lo entienda así aún. El fútbol por sí es un todo, y por ello se ha de entrenar como se quiere jugar. Hoy somos ya muchos que pretendemos realizar en cada entrenamiento sesiones basadas en el modelo de juego del equipo, corriente que iniciase el Portugués Víctor Frade, hace ya más de 30 años. El futbol sin partes, está encajado dentro de un pensamiento sistémico.

La periodización táctica es compleja en sí, y su puesta en práctica requiere una total implicación de la persona que la lleva a cabo. El estudio y la lectura, la comparación y el seguimiento, harán que se le dedique mucho tiempo a la preparación y planificación del entrenamiento.

Hay que pensar que el jugador es el que selecciona las acciones y las ejecuta, que es en realidad la táctica en sí. Por ello no se ha de crear un modelo sin pensar en los peones que tenemos, sus cualidades y circunstancias personales, su fortalece física y mental.

El entrenador ha de crear un modelo de juego, donde se le de especial importancia al jugador y que además lo implique en ese modelo y esa forma de pensar fútbol. Todo el que entrena se pregunta ¿cómo quiero que juegue mi equipo? Y esa pregunta es fundamental. Tras la pregunta, la respuesta. Donde se desarrollaran los principios defensivos, ofensivos y principalmente las transiciones, ya que  en este deporte siempre se está en constante transición. Cuando uno tiene claro lo que quiere, y posea capacidad de crear, le llevará a planificar las sesiones con dinamismo y solvencia.

El entrenamiento ha de conectar los diferentes componentes del juego en sí, y no dividirlos en partes. El entrenamiento se ha  de enfocar hacia la educación táctica del jugador, según el modelo de juego escogido.

La periodización táctica convierte en pasado la metodología integrada, la cual ha dominado en los últimos tiempos. Aunque hoy por hoy compite con el modelo estructural del profesor Seirulo. Ambas pretenden que el entrenador se vea reflejado en el terreno de juego, mediante sus jugadores.