Más de la mitad de la Segunda B puede descender o desaparecer por impago

La crisis económica ataca al fútbol por el mismo flanco que al resto de la sociedad: los humildes. Más de sesenta equipos de los ochenta que integran la Segunda B van a ser denunciados en julio por el impago de los salarios a sus plantillas. Esta categoría pertenece a la Federación Española de fútbol y el sindicato de jugadores, la AFE, ha creado una comisión para encontrar soluciones y «solicitar a la FEF la asunción de sus responsabilidades» en una negociación conjunta.
La Asamblea anual de la Asociación de Futbolistas españoles vivió una de las jornadas más duras de su historia. «La amenaza es una de las más graves desde que existimos». Durante dos décadas, Gerardo González Movilla, presidente del sindicato, ha sacado conejos de la chistera, ha salvado miles de demandas y ha obtenido «300 millones de euros» para sus asociados. Hoy, el hundimiento de la construcción y la situación de los ayuntamientos hace presagiar que la AFE no encontrará tantos interlocutores para evitar los descensos de decenas de equipos.
Cerca de 60 millones
Si el año pasado hubo 50 clubes de Segunda B denunciados por impago, el dirigente de la AFE reconoce que ahora se esperan «muchas más demandas y una cantidad muy superior a los 47 millones de euros» que la totalidad del fútbol español debía en julio de 2008. De esa cifra, la mitad era dinero sin cobrar en Segunda B. Movilla consiguió entonces acuerdos para todos los jugadores, excepto en el Logroñés, que desapareció. Pero ya hubo casos, firmados incluso con ayuntamientos, que no se han cobrado desde el mes siguiente de su rúbrica. Hoy, cientos de profesionales de esta división, compuesta por cuatro grupos de veinte entidades, no han visto un euro este año, y otros cientos no cobran desde hace quince meses. Se presagia una cifra de débitos cercana a los 60 millones.
Delanteros, medios, defensas y porteros de varios equipos expusieron ejemplos de su cruda realidad. «El San Fernando debe medio millón de euros a la plantilla y novecientos mil a la Seguridad Social», decía Canito con pesimismo. «El Portuense adeuda dos millones», un dinero que es un mundo a este nivel. El Granada 74 sobrevive en un estado similar. «El Fuerteventura y el Vecindario pueden encontrar soluciones con las administraciones canarias y las televisiones», respiraba Movilla. La excepción que confirma la regla.
Quien no pague, desciende
Nadie quiso mencionar la palabra huelga. Los jugadores modestos sí pidieron «solidaridad» a sus colegas de Primera y de Segunda. El máximo responsable de AFE subrayó que la Federación es la responsable de esta categoría y los jugadores decidieron crear una comisión para instar a la FEF a negociar. Movilla fue claro: «Quien no pague, desciende. No admitiremos la morosidad». Si bajan veinte, pues subirán veinte de Tercera. No habrá concesiones, como algunos piden.

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