La apuesta siempre debe ser fútbol
Cualquier equipo de fútbol tiene como prioridad ganar el encuentro más próximo, amen de los objetivos a largo plazo. Pero es cierto que los diferentes objetivos se pueden conseguir con diferentes apuestas futbolísticas, lo que siempre debe un entrenador es mostrar con claridad sus cartas a los suyos, que sepan estos a que atenerse y que puedan con seguridad acometer las instrucciones que reciben, esto conlleva que la elección de los miembros del equipo sean los idóneos y que según los principios que se van a trabajar fichar o renovar a unos o a otros, también se debe actuar de forma inteligente y si la plantilla que se recibe es de unas características determinadas, habrá que adaptarse y saber sacar el máximo partido a esos jugadores.
Es ahora en pretemporada cuando hay que dejar muy clara la apuesta que se quiere llevar, después la competición, las circunstancias y los resultados nos llevaran a posibles variantes, a posibles soluciones parciales que pueden o no salir bien. No es lo mismo un partido que a los cinco minutos se va ganando a que se valla perdiendo, con lo cual la variante táctica ha de variar, lo que no puede variar es la idiosincrasia del equipo, su actitud y oficio en el campo, así como los principios fundamentales.
Eso si hay que dirigir, corregir, aconsejar u orientar al futbolista, pero hay una parte que debe ser propia de este, de su intuición, preparación, calidad y experiencia y esa se ha de fomentar con la participación y decisión del implicado.
Es ahora en pretemporada cuando hay que dejar muy clara la apuesta que se quiere llevar, después la competición, las circunstancias y los resultados nos llevaran a posibles variantes, a posibles soluciones parciales que pueden o no salir bien. No es lo mismo un partido que a los cinco minutos se va ganando a que se valla perdiendo, con lo cual la variante táctica ha de variar, lo que no puede variar es la idiosincrasia del equipo, su actitud y oficio en el campo, así como los principios fundamentales.
Eso si hay que dirigir, corregir, aconsejar u orientar al futbolista, pero hay una parte que debe ser propia de este, de su intuición, preparación, calidad y experiencia y esa se ha de fomentar con la participación y decisión del implicado.
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