Helenio Herrera, el Mago: Talento+Entrenamiento+Inteligencia+Físico= Campeonatos.
Tras la eliminación del Barcelona por el Inter que ha marcado la Europa futbolística en está temporada, muchas fueron los gurus de este deporte que repararon en la semejanza entre Mourinho y Helenio Herrera: ambos latinos, bocazas y sensacionales estrategas que han llevado al Inter a la cúspide del fútbol continental. Por ello, parece un buen momento para hablar de Herrera, quien además también dejó su huella en la Ciudad Condal, al igual que Mou.
Helenio Herrera Gavilán, nació en Buenos Aires en 1910, hijo de inmigrantes españoles que se trasladaron a Casablanca cuando el chaval aún era muy joven. Inquieto y emprendedor. Su carrera como futbolista se desarrolló a caballo entre Marruecos y Francia, país del cual adquirió nacionalidad, y le llevó por clubes de cierto prestigio como el Stade Français o Excelsior Roubaix. Helenio colgó las botas en 1945, tras acabar en la Escuela de Entrenadores, comenzó de inmediato a preparar al Puteaux –último club en el que había jugado- y empezó su carrera hacia el estrellato.
HH entrenaría varios clubes galos y la selección francesa por un breve tiempo, decidió posteriormente dar el salto a España, empezando en el Valladolid y cimentando su fama a partir de su paso por el Atlético de Madrid, en el que ganó dos Ligas, y muy especialmente en el Barça, al cual le dio espiritu campeón, donde anotó ligas, copas y una Copa de Ferias para el club catalán. También entrenaría a Málaga, Sevilla, Depor y Os belenense. Y hasta el 62 fue seleccionador español, posteriormente también lo seria de Italia.
Ya había construido su personaje, el del entrenador charlatán, prepotente y algo chulesco, que atraía toda la presión hacia sí para liberar a sus jugadores, y que desviaba la atención con frecuentes exabruptos no exentos de ingenio. Algo que en los ochenta también haría Javier Clemente.
En esos días puso su firma en frases como “Con diez se juega mejor que con once”, “Vamos a ganar sin bajar del autobús”, etc., y diversos escándalos que le costaron alguna que otra inhabilitación. De hecho, fue un enfrentamiento con Kubala, icono sagrado del barcelonismo, el que forzó su salida del club rumbo a Italia en 1960.
Sus fans le llamaron el Mago. La llegada al Inter de "el Mago", marca el comienzo del periodo más glorioso del club lombardo. Siempre con la mentalidad de construir los equipos a partir de la defensa, Herrera tomó el catenaccio que había inventado Karl Rappan (cuatro defensores fijos marcando al hombre) y le añadió un libre para fortalecer la tela de araña. Observemos que al igual que con Mou, el catenaccio tiene poco de Italiano.
En Su Inter adjudicó a Picchi la nueva función, blindando a dos laterales fuera de serie como Burgnich y Facchetti, y dejando al genial Luis Suárez toda la libertad para lanzar a gente como Mazzola o Corso. Con este novedoso esquema, se forjó el gran Inter que lo ganó todo y, especialmente, le arrebató la Copa de Europa al Madrid de Di Stéfano en el 64, en la final que significó el ocaso de aquel maravilloso equipo. Durante unos años, la maquinaria neroazzurra fue el mejor equipo de Europa.
Luego Helenio siguió viajando y entrenando, pero nunca volvió a alcanzar tamañas alturas, permaneció prácticamente retirado en Venecia desde que padeció un grave problema cardiaco a mediados de los setenta.
Hoy se le se recuerda sobre todo por sus frases y salidas de tono, pero es de justicia recordar que, por ejemplo, fue el primer entrenador que instauró concentraciones, impuso dietas y vida sana a los jugadores (hasta el punto de visitar sus casas al azar), pedir abiertamente el apoyo del público, o llenar el vestuario de frases motivadoras. Una de ellas, que define lo que aportó él, quizás, el primer entrenador moderno: Talento+Entrenamiento+Inteligencia+Físico= Campeonatos.
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